Uno de los guardias del Parque de Yellowstone en Estados Unidos, después de un gran incendio forestal, salió a hacer su vigilancia diaria. El paisaje era aterrador, cientos de animales y aves yacían muertos entre los restos de árboles quemados. Pero hubo una escena en particular que marcó su vida, y ésta fue la de un pájaro grande que a pesar de estar de cuerpo completo, estaba totalmente calcinado.

Cuando el guardia se acercó al pájaro para levantarlo del lugar en que se encontraba, éste se partió en varios pedazos, y, para su asombro, debajo de sus alas salieron tres pequeños pajaritos. El guardia se conmovió en gran manera por este acto de amor verdadero, y sin pensarlo dos veces tomó a las pequeñas aves y las llevó a su refugio para alimentarlas.


En los incendios que ocurren en tu vida, ¿quién te protege debajo de sus alas?

Con sus plumas te cubrirá,
y debajo de sus alas estarás seguro;
Escudo y adarga es su verdad.
Salmos 91: 4